Aunque podamos creer que ser digital es el uso de las herramientas, en realidad tiene que ver con cómo extendemos la cadena de valor dentro de nuestro modelo de negocio.
“Digital Vortex” (2019) es un libro de Andy Noronha, James Macaulay, Jeff Loucks y Michael Wade, en el cual se abordan las distintas estrategias disruptivas de los modelos de negocios de las Startups. De modo que, a partir de ello, se brinden los principales alcances para que estas estrategias sean replicadas en los modelos de negocios de las empresas tradicionales.
A causa de ello, el término “Digital Vortex” se ha comenzado a utilizar para denominar a aquel “vórtice” por el cual, en mayor o menor grado, las empresas se ven atraídas hacia lo digital. En tal sentido, de acuerdo a Jorge Merzthal Toranzo, Asesor de Alta Dirección del Grupo ESAB-COLFAX y profesor de posgrado de ESAN, este vórtice se mueve cada dos años dependiendo del nivel de digitalización de las cadenas de valor y los modelos de negocio de un conjunto de empresas de un determinado sector.
De modo que, mientras algunas industrias se encuentran más cercanas al vórtice, otras están a mediano o largo plazo. No obstante, a partir de la pandemia por el COVID_19, el “ser digital” ha pasado a ser prioridad en los últimos meses. Razón por la cual, distintos negocios y emprendimientos han comenzado a emplear distintas herramientas digitales e implementado algunas de estas dentro de sus procesos de producción.
Pero, ¿se está ingresando a la era digital sin ser digital? O, ¿qué clase de acciones son las que están tomando actualmente las empresas?
Ser digital, un medio para ser eficaces
Conforme algunas empresas han ido incorporándose a la era digital, lo han hecho entendiendo el cómo “hacerlo digital” antes que “ser digital”.
¿Qué queremos decir con esto? Que utilizar una herramienta para ingresar a la era digital, no nos hace digitales. Por el contrario, nos mantiene dentro del mismo espectro: pensando sistémicamente desde nuestro mismo esquema de trabajo sin darle lugar a la innovación que conlleva ingresar en el “Digital Vortex”.
De otro lado, “ser digital” es trabajar desde nuestro modelo de negocio para que la innovación forme parte de todo el flujo de trabajo del equipo. Más que utilizar softwares de automatización, es buscar que las personas con las que trabajamos y las soluciones que ejecutemos en conjunto con ellos se correspondan con lo digital, extendiendo así la cadena de valor que se genera a nivel interno de nuestra compañía. Es decir, es necesario que el equipo también comprenda las particularidades de formar parte de un equipo digital, centrado en generar valor e innovar. Asimismo, es necesario que comprendan a cabalidad el modelo de negocio para poder formar parte activa del proceso de innovación.
Es así que entre los rasgos de una compañía y un equipo que es digital se encuentra el:
- Ser ágil
- Ser rápido
- Ser capaz de adaptarse a los cambios
Pero, ser digital no solo queda aquí dado que también influye en términos de lo que ofrecemos. De modo que, un negocio que es digital, tiene siempre presente la experiencia de sus usuarios y, adicional a ello, no solo piensa en el corto plazo, sino en el largo plazo. Ello en tanto que las soluciones brindadas se corresponden con el futuro y los objetivos de la empresa.
Importancia de la cadena de valor en una empresa digital
Para “ser digital”, una de las primeras cuestiones a las que debemos prestar atención es la cadena de valor dentro de un negocio. En tal sentido, cabe la repregunta: ¿Qué elementos clave hacen a mi negocio exitoso? ¿Cómo asegurar que su ventaja comparativa se maximice y alcance su máximo potencial?
Respondiendo ambas preguntas, podremos extender la cadena de valor para identificar los puntos sobre los que se requiere ejercer mejora continua.
Ahora bien, adicional a esto, existe algo que enfrentan los negocios que están girando hacia la era digital y es precisamente el miedo al fracaso.
Como bien sabremos, en un negocio, no existe una fórmula perfecta. Sin embargo, algo que sí es posible de realizar es buscar aprender de las experiencias previas. Es así que ningún paso dado es inválido. Al contrario, los procesos de innovación nos permiten continuar aprendiendo e, incluso, ver soluciones que otros no vieron porque nunca se equivocaron. Por ello, el temor al fracaso es algo que debemos dejar de lado al ir alineando cada paso de nuestros procesos e integramos el equipo a esta metodología de trabajo.
Es así que “ser digital”, más que el uso de herramientas, se trata del uso de softwares que hagan más efectiva, ágil e innovadora nuestra oferta al mercado. Es decir, se trata de ser más competitivos y eficientes. Por ello, las herramientas y softwares que utilicemos deben alinearse con el equipo y evolucionar con el modelo de negocio que estamos trabajando.